Colombia: De la carne al espíritu: un prostíbulo se convierte en iglesia


Lo que era un conocido prostíbulo en Neiva se convertirá en un templo evangélico ; ya que el local conocido como “Azafatas” ha sido comprado por la Iglesia Cristiana Filadelfia.

“Azafatas” ha cerrado sus puertas tras diez años de existencia frente al aeropuerto Benito Salas de la ciudad de Neiva. El negocio cerró las puertas porque el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), le impedía funcionar frente al aeropuerto, como sucede con otros prostíbulos que tuvieron que cambiar de lugar. Ante esto, sus dueños optaron por cerrar y abrir otro en dos meses en la zona industrial, en el sur de Neiva.
DE BURDEL A TEMPLO
La tradicional cola de avión que identificaba la fachada del edificio fue demolida este pasado 6 de septiembre y el hecho fue todo un acontecimiento local.
El edificio de dos pisos ha sido vendido a la Iglesia Cristiana Filadelfia tras una compleja negociación con el dueño del establecimiento, quien se resistía a marcharse, incluso después de que la Iglesia evangélica le hubiese ingresado el dinero acordado de la venta.
Ahora el antiguo local se convertirá en menos de tres meses en un templo evangélico ; en un lugar de adoración a Dios, anuncia el pastor de la iglesia Guillermo Martínez.
El ingeniero Carlos Díaz, miembro de la Iglesia Filadelfia, resume que tras realizar el desmantelamiento y reorganización del sitio “vamos a hacer un proyecto de lo que vamos a realizar. El propósito que tenemos es ampliar la iglesia cristiana” anexa.
El pastor Martínez explica que la segunda planta se destinará a los niños de la iglesia y menores con problemas sociales que reciben ayuda.
VECINOS ESPECIALES
En realidad la Iglesia Cristiana Filadelfia y el establecimiento de chicas prostituidas llevan tiempo conviviendo casi pared con pared. Azafatas llegó primero, pero los creyentes abrieron su templo al lado, que ahora amplían con la adquisición de “Azafatas”.
“Muchas veces nosotras invitábamos a las mujeres (…), ellas sentían como culpa, pasaban con la cabeza agachada. Nos decían que estaban haciendo mal, pero que sabían que estaban cerca de retirarse”, dice un grupo de mujeres de la iglesia.
Fuentes: La Nación, Protestante Digital

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